Los ataques pueden ser muy debilitantes y provocar una discapacidad permanente, con ceguera y parálisis,2,3 o incluso la muerte.4 Alrededor de la mitad de los pacientes se quedarán ciegos y necesitarán una silla de ruedas a los 5 años del primer ataque, mientras que un tercio de los pacientes con NMOSD morirán si no reciben tratamiento.3
El NMOSD seropositivo, un subconjunto dentro del NMOSD, conlleva la presencia de autoanticuerpos IgG1 circulantes dirigidos a la proteína del canal de agua bidireccional acuaporina-4 (AQP4), que se encuentra en la membrana plasmática de los astrocitos en el sistema nervioso central (SNC).5,6Sospecha de ataque agudo de NMOSD
En caso de sospecha de un ataque agudo de NMOSD, se deberá realizar una evaluación neurológica urgente.8
Información destinada exclusivamente a profesionales sanitarios.
El tratamiento rápido de los ataques agudos de NMOSD es crucial para evitar la discapacidad física que causa, que se acumula con cada recaída,9 y para mejorar la sintomatología clínica.10,11Se pueden evitar los daños irreversibles reduciendo la inflamación aguda.12
El médico tratante puede considerar los siguientes pasos, dependiendo de su presentación clínica:
- Esteroides intravenosos en dosis altas pueden utilizarse rápidamente para controlar los ataques1,13,22
- Si no se produce una mejora inmediata o si la discapacidad neurológica es grave, se deberá recurrir pronto a una plasmaféresis con el fin de optimizar la recuperación.1,10,13 La plasmaféresis suele consistir en cinco sesiones realizadas en días alternos.13
- La plasmaféresis también se puede usar en combinación con los esteroides.12,14
- El tratamiento con inmunoglobulina intravenosa (IgGIV) se ha utilizado, aunque existen pocos datos que lo respalden.
Por ello, resulta importante realizar un diagnóstico diferencial para confirmar el NMOSD, debido a las importantes implicaciones en el tratamiento.